Las edades golpean como las lluvias. Sylvia Plath
Debería empezar a escribir con minúscula porque esto no es el principio de algo, más bien es el medio de una obra que ya dura demasiado. Algunas veces quisiera dejar de sentir con palabras medianas, sentimientos medianos. Me encantaría disfrutar de palabras gigantes, sentimientos gigantes. Poner una mayúscula con ganas. Dirigirme a ti con una fuerza mayor y única. “Pero la experiencia nos desengaña fiel y nos avisa sabia”, y a mí la experiencia me manda el dolor como aviso. Con la puntería de un francotirador mis palabras van directas a destrozar el blanco. Y con la resignación de un francotirador, siempre, disparo. Y todos los sentidos quedan sometidos a esa defensa violenta y cruel que gobierna cuando me golpea algo extraño. Y toda mi voluntad se rinde al miedo que he pasado. Me siento tan frágil. Romperme si retrocedo. Romperme si avanzo.
Me ruborizo ante la tristeza que se viene tras otro desengaño y otro blanco derribado. Y ahora aguantar los días sin ánimo.
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